LA INGENIERÍA EN CHILE
Si tomamos en cuenta que la ingeniería es el instrumento que por excelencia transforma el mundo para beneficio del hombre, resulta evidente su importancia a nivel mundial, debido a la rapidez de los avances tecnológicos, y a que esto se desarrolla cada vez de manera más global, competitiva y desafiante. Por eso, las empresas y organizaciones de hoy en día se ven enfrentadas a constantes cambios de paradigmas, en los cuales las tecnologías de la información sin duda cumplen un papel importante.
Chile no queda exento de este avance, ya que la industria productiva del país también se transforma rápidamente, en cuanto a la proliferación de sistemas computacionales, de comunicación de datos, control automático, autotrónica, mecánica automotriz y de las nuevas tecnologías en general. De hecho, desde principios de los 90, Chile se convierte en un líder regional –con respecto a otros países latinoamericanos o a otros con desarrollos similares-, en cuanto al desarrollo de negocios de tecnologías de la información, negocios que ya en esa época avanzaban rápidamente en sus procesos de internacionalización. Por tanto, este desarrollo –que ha ido avanzando con el tiempo- demanda cada vez más y más nuevas especialidades, y también, nuevos profesionales en el país.
El profesional de Ingeniería en Automatización de Procesos Industriales se desempeña en el campo de la producción industrial, donde los procesos son hoy altamente automatizados, debido a la permanente incorporación de modernas tecnologías, basadas en la electrónica y la computación.
Por último, la labor de la Mecánica Automotriz y Autotrónica se relaciona con la dirección, coordinación y participación del trabajo, en el diagnóstico e identificación de fallas, la reparación de piezas y subsistemas -tanto mecánicos como electrónicos-, del cada vez más amplio espectro de los vehículos y máquinas automotrices actuales.
LA ÉTICA EN LA INGENIERÍA
Si bien suele hablarse de Ética Profesional para todas las áreas del trabajo, existen algunas para las cuales hablar de moralidad resulta más común o evidente. Así sucede, por ejemplo, con la profesión de los médicos o de los periodistas. Sin embargo, si consideramos que la ética implica el comportamiento adecuado con miras a alcanzar un bien, resulta lógico que ésta puede, y debe, aplicarse a todas las profesiones. Aún más, la ética ayuda a comportarnos en sociedad, a fin de ser beneficiados no sólo nosotros mismos, sino también los demás. En este sentido, toda profesión al repercutir de una u otra manera en los otros, es necesariamente ética.
El profesional de la Ingeniería debe estar consciente de que cada una de sus decisiones, invenciones y ejecuciones conllevan una responsabilidad social y ética, pues su trabajo no resulta indiferente ni para sí mismo, ni para el resto de la sociedad. Después de todo, el progreso consiste en el perfeccionamiento del mundo humano, no sólo en el ámbito técnico, sino desde una visión que considera la calidad de vida de las personas. Así lo estipula el mismo Código de Ética Profesional del Colegio de Ingenieros de Chile, que en relación a lo anterior, señala lo siguiente:
Artículo 3º: El ingeniero debe siempre tener presente que la sociedad delega en él una gran responsabilidad, encargándole la realización de sus más importantes proyectos, o bien designándolo en funciones relevantes.
Por lo tanto, es un deber del ingeniero extremar constantemente su celo profesional, para que el resultado de su trabajo se traduzca en el mayor beneficio en favor de la sociedad que depositó en él su confianza.
Artículo 4º: El ejercicio de la ingeniería debe dar importancia a la seguridad, salud y bienestar de las personas y a la protección del medio ambiente.
Artículo 7º: Los ingenieros considerarán el impacto social y ambiental de sus decisiones en los proyectos en todas sus etapas de desarrollo, materialización y abandono, cuando corresponda.
DILEMAS ÉTICOS RECURRENTES
No obstante los evidentes beneficios que la Ingeniería aporta al hombre, es obvio que – como cualquier práctica humana- también produce efectos no deseados, cuya magnitud muchas veces crece junto con el poder técnico. Estos problemas, la mayoría de las veces, encuentran una solución desde la perspectiva ética.
Es por eso que a continuación se presentan algunos problemas éticos que los mismos profesionales del área estiman como recurrentes –y que incluso se dan en las distintas áreas de la Ingeniería de manera similar. Estas problemáticas fueron reunidas y clasificadas según su índole, y aunque bien no es posible llegar a una solución única en ética – precisamente porque en este campo, cada situación es distinta a las demás- nos ayudaremos con algunos criterios que podrían facilitarnos, en alguna medida, su resolución.
1. EN LA RELACIÓN CON EL CLIENTE.
Acerca de los cobros
Como en toda profesión, el tema del precio justo se presta a veces para situaciones problemáticas. Sin embargo, en el área de la Ingeniería esto sucede con mayor frecuencia, ya que el cliente rara vez entiende los términos en que el profesional le habla, sea en Mecánica, Electrónica o en Procesos Industriales. En este sentido, no es común que el cliente comprenda la terminología sobre los arreglos específicos que se hacen a su automóvil, la pieza que se le cambia a su computador, o sobre el funcionamiento de la máquina utilizada para la automatización de procesos.
Se puede atentar contra el cobro de un individuo, por varios motivos, los cuales son:
Ø Agrandar diagnósticos
Como se afirmaba y según pudimos constatar, muchas veces, en cualquier especialidad de la Ingeniería, se puede engañar al cliente cobrándole de más por un trabajo que vale menos. Por ejemplo, el motivo del desperfecto de un televisor puede deberse, en el caso de la Electrónica, a la falla de un pequeño transistor. Por tanto, el arreglo sólo consiste en cambiar esa pieza. Sin embargo, quien arregla puede engañar al cliente, haciéndole creer que llevó a cabo un gran trabajo, cobrándole más de lo que correspondería.
Ø El tiempo
En relación al factor tiempo, muchos de los expertos hablan de falta de responsabilidad y puntualidad de los trabajadores de la ingeniería, en el sentido de que no llegan a la hora cuando hay labores programadas desde antes; y que, por tanto, deben reprogramarse para después, con el consiguiente problema que esto conlleva para los clientes. Por ejemplo, en el área de Electrónica, muchas veces se acuerda una hora determinada para conectar el motor de una máquina –que exige la participación de más de un profesional-, pero la impuntualidad acaba haciendo perder el tiempo al cliente, y a la empresa la pondrá en riesgo de perder en el futuro a ese mismo usuario.
La honestidad con los plazos acordados previamente también entre en juego en este problema. En el caso de la Mecánica Automotriz, el profesional que hace un arreglo, puede acordar con un cliente tener su vehículo listo en determinada fecha. Sin embargo, llega esa fecha, y es bastante común que el vehículo aún no esté arreglado.
Ø Apropiación de piezas pagadas por el cliente
Como el profesional de la ingeniería cuenta con las competencias necesarias para realizar montajes, puestas en marcha, operaciones, detecciones de fallas y mantenimiento, de equipos, instrumentos y sistemas, él es el encargado de realizar estos arreglos; eso sí, previo pago del cliente.
Este pago incluye el arreglo, y muchas veces también las piezas que deben cambiarse. Sin embargo, como el cliente no ve las piezas que están al interior de la máquina en reparación, es común que quien haga el arreglo no cambie alguna pieza, que ya estaba cancelada, y se quede con ella. Según los expertos del área, es común encontrar en casilleros de los mecánicos, las piezas que los clientes pagaron, ya que no la han cambiado y han dejado la antigua.
Ø Repuestos alternativos por originales
Por último, es común que quien arregle alguna máquina -y que deba para eso cambiar alguna pieza- lo haga con un repuesto alternativo en vez del original. Este hecho es común en todas las áreas de la ingeniería, ya que podríamos denominarlas áreas “duras”, en el sentido que trata sobre el trabajo realizado con máquinas, motores y sus respectivos repuestos.
Hoy en día, la misma tecnología ha permitido la elaboración de repuestos alternativos, muy similares, en aspecto, a los originales, pero de una evidente menor calidad que éstos, por lo que se venden más baratos.
Los arreglos cortoplacistas
Es importante que, para la realización de cualquier producto por parte de un trabajador, la obra quede bien hecha. Ése es uno de los fines del trabajo. Sin embargo, puede atentarse a veces contra este principio, y por varios motivos.
En primer lugar, porque el cliente así lo pide. Por ejemplo, en el caso de Mecánica Automotriz, un cliente puede llevar a arreglar su auto por la falla de una sola pieza. Sin embargo, quien lo arregla puede darse cuenta de que si sólo repara esa pieza, el auto fallará al corto plazo, ya que también hay otras piezas en mal estado que fallarán luego.
2. EN LA RELACIÓN CON LA EMPRESA
Lealtad
Aun cuando muchas veces se tiende a considerar el valor de un puesto de trabajo según su remuneración económica, resulta fundamental tomar en cuenta el ambiente laboral que se vive en la empresa. Sin embargo, éste no depende sólo de las relaciones que los jefes acostumbren a entablar con el personal, sino más bien de la actitud que cada uno adopte al interior del equipo. Y en esto cobra especial relevancia la confianza que se logre generar, que depende a su vez del grado de filiación y lealtad que cada trabajador establezca con la empresa. No obstante, esto puede verse afectado por las situaciones que a continuación se presentan.
En primer lugar, la lealtad puede verse cuestionada en relación a la competencia. En gran medida, toda empresa gana prestigio en cuanto logra diferenciarse de las demás, ya sea por el servicio prestado como por la calidad de los productos ofrecidos. En este sentido, el ingeniero cumple una gran labor, pues, cualquiera sea su especialización, es él quien posee la capacidad para innovar o perfeccionar las prestaciones de su empresa. Así sucede, por ejemplo, con el ingeniero dedicado a la informática, pues la adquisición de ciertos conocimientos estratégicos puede hacer de él una pieza fundamental para su equipo de trabajo.
Es legítimo aspirar a un trabajo que ofrezca mejores sueldos. Sin embargo, entra también en juego la lealtad a la empresa, considerando que el conocimiento que el ingeniero posee, pertenece a él como trabajador y parte de un equipo laboral. A esto apunta el Código de Ética del Colegio de Ingenieros de Chile, al señalar en la letra i de su artículo 12, que es un acto contrario a la Ética Profesional:
Utilizar directa o indirectamente, en su favor o de un tercero, estudios, proyectos, planos, informes u otros documentos relacionados con la ingeniería, sin la autorización de sus autores o propietarios.
Cuidados del material
Al ser la ingeniería un trabajo que implica bastante labor práctica y experimental, suele suceder que los profesionales deben realizar sus tareas con material de la empresa. Sin embargo, pese a tratarse de herramientas necesarias para realizar su labor, no todos las tratan con óptimo cuidado. Así, muchas veces se genera una falta de compromiso del profesional con los recursos materiales de su empresa, lo que se traduce, en ocasiones, en actitudes temerarias de poco cuidado. Por el contrario, si se tratara de sus materiales, los ingenieros reconocen que su comportamiento en relación al tratamiento de los recursos, sería distinto.
3. EN LA RELACIÓN CON EL MEDIO PROFESIONAL
Cuestionamiento y desacreditación
En ocasiones, el consejo, la opinión o la crítica de otro ingeniero pueden ayudar a solucionar inconvenientes o a advertir algún problema que podría haber pasado desapercibido. En este sentido, la actitud de lealtad y compañerismo resulta de gran apoyo para el trabajo. Sin embargo, dicha crítica debe ser ejecutada siempre con una intención positiva y constructiva, cuidando no perjudicar al profesional en relación a su prestigio.
Nuevamente, el Código redactado por el Colegio de Ingenieros alude a este problema, catalogando en su artículo 16, letra a, como acto contrario a la ética profesional:
Emitir opiniones que lesionen el prestigio profesional de un colega, salvo que existan razones fundadas para ello.
La difusión de conocimientos y el trabajo en equipo
La Ingeniería permite al profesional, dentro de sus diversas áreas, profundizar en una determinada especialización. De esta manera, cada quien va asumiendo y perfeccionando ciertas labores dentro de una empresa, permitiendo que ésta funcione con mayor eficiencia.
Sin embargo, las especializaciones no implican la parcelación absoluta del trabajo y la prescindencia entre unos y otros. Un lugar de trabajo que reúne en sí a más de una persona, obliga siempre a conformar un equipo, que, por lo mismo, siempre trabajará mejor si tiene conciencia de tal.
Sucede que algunas veces que, con la intención de hacerse imprescindibles para la empresa, los profesionales se encierran en sus conocimientos, evitando traspasarlos. Un problema similar ocurre cuando el ingeniero prefiere no delegar responsabilidades, ya sea por orgullo o por deseo de no parecer ineficiente, aun sabiendo que para la solución de algún trabajo requiere de un enfoque distinto o de otra especialidad. Sin embargo, en relación a esta última actitud, el Colegio de Ingenieros señala en su artículo 6 que:
Los ingenieros ejercerán su profesión únicamente en las áreas en que son competentes, observando cuidadosamente los principios, leyes y normas de la ingeniería.
Cobros y precios
Decíamos que un problema recurrente en cualquier trabajo que interactúe con clientes, es la determinación de los precios que se cobran por las labores realizadas. Señalábamos los dilemas que surgen desde el punto de vista ético, cuando el ingeniero se aprovecha del poco conocimiento de su cliente para cobrarle de más.
Sin embargo, decíamos también que ocurre un problema, esta vez en relación a sus pares, si el ingeniero adopta la actitud opuesta. En otras palabras, puede resultar tan injusto el cobrar de más como el cobrar de menos, pues en este último caso quienes se verán perjudicados serán los demás profesionales del rubro, que cobrarán lo que corresponde, pero que, a ojos del cliente, presentarán precios mayores.
Engaño a los pares
Así como existen algunos profesionales que se aprovechan de sus clientes por el escaso conocimiento de estos últimos, también hay casos en los que el ingeniero saca provecho de dicha ventaja en relación a sus jefes, a gerencia o a sus mismos colegas.
De esta manera, cuando el ingeniero recibe una tarea que debe cumplir, puede extender los plazos necesarios o justificar errores frente a personas que no poseen el conocimiento técnico que se requeriría para cuestionarlos o exigirles mayor eficiencia.
La eficiencia laboral, después de todo, beneficia a quien ha logrado hacerla suya. Aun cuando es un bien para quienes trabajan con un profesional eficiente, lo es también para él mismo, si en su ánimo está el deseo de perfeccionarse y de enorgullecerse de su labor.
4. EN LA RELACIÓN CON LA SOCIEDAD
Electrónica: abusos de información
La dimensión informática de la electrónica presenta serios desafíos en relación a la integridad ética que debe poseer un ingeniero de esta especialidad. Ello, pues el manejo de ciertos datos supone en muchas ocasiones, una necesaria discreción y confidencialidad por parte del electrónico encargado de manejar un determinado sistema. Así ocurre, por ejemplo, cuando el trabajo del ingeniero consiste en administrar datos particulares o registros personales de clientes.
Sin embargo, muchos casos se han dado en los que, sacando provecho del libre acceso que el profesional tiene a estos datos, abusa de ellos en beneficio propio. Ejemplo de ello es la clonación de tarjetas de crédito o los fraudes realizados con la obtención de datos en empresas telefónicas.
Mecánica: engaños y fraudes.
Conocidos son los casos en los que algunos ingenieros mecánicos colaboran con sus clientes para engañar las fiscalizaciones de automóviles. Ello ocurre, especialmente, para el caso de la revisión técnica. En dichos casos, el mecánico ayuda a su cliente, ya sea modificando el vehículo únicamente para pasar la revisión –y posteriormente dejándolo como antes-, o bien dejando pasar una revisión que no debió haber sido aprobada.
Por otra parte, se dan casos también en los que el mecánico reacondiciona al automóvil, sabiendo a priori que dichas modificaciones están legalmente prohibidas.
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